PUra ObSeRvAcIóN

Otra semana más y no hemos dejado, en ningún momento, de pensar en deberes, deberes y muchos deberes. Bueno creo que de aquí en adelante así será, pues hay que irnos acostumbrando. Lo bueno es que hay tareas que consisten en ir de visita a algún lugar de El Salvador, como por ejemplo a SUchitoto.

El fin de semana pasado visité la ciudad de Suchitoto, por cierto un lugar bonito y muy tradicional. Digo esto, porque se ven cosas propias de nuestro país como la venta de chicha (que por cierto estaba deliciosa :), la venta de quesadillas de maíz, torrejas, enchiladas y un sin fin de bocadillos deliciosos.

La ciudad, por lo que yo observé, es un lugar muy limpio, no hay basura como suele verse en todo San Salvador. Yo creo que la gente sabe que su ciudad es uno de los más visitados por extranjeros o personas de otro departamento, entonces hacen conciencia de no botar basura en las calles y contribuir con la limpieza de la ciudad que hace que hayan muchas visitas más .

Asimismo, pude observar que los restaurantes, que están establecidos en todo Suchitoto, forman parte de un gran atractivo de la ciudad pues la mayoría de visitantes buscan siempre un lugar donde comer. Lo que me llamó mucho la atención fue la decoración que tiene cada negocio. Tienen un toque especial por los distintos colores que les dan a las paredes, por los muebles de madera que hay, por pinturas hechas por los mismos salvadoreños y por lo ordenados que son.

Además, tiene un atractivo turístico que llama mucho más la atención de los visitantes y es un hermoso lago, aunque artificial, es muy bonito y agradable. Saben que yo quería ir a verlo, pero álgunos de mis amigos no quería ir. Sin embargo, otras amigas me dijeron que fueramos pero que aunque sea lo vieramos de lejitos. La cuestión fue que nos metimos en una callecita que iba a dar a un cerro donde se miraba súper lindo el lago. Y allí pude tomar cuantos fotos quise.

Fue emocionante porque nos metimos muy adentro de esa callecita y hasta nos dio miedo, pero cuando le preguntabamos a la gente sí era peligroso, entre risas nos decían que NO. Pues no nos importó y fuimos y la verdad no nos pasó nada y pudimos disfrutar del paisaje.

Pero, bueno siempre hay un pero, no me gustó una cosa en particular, y son las calles. Yo sé que pueden pensar ¡Ay, pero las calles son las que le dan el atractivo al lugar! Pues tal vés porque si son bonitas, eso no lo puedo negar, pero duelen tanto los pies que hay que llevar zapatos con una zuela alta para no sentir las piedras (los siento por ser tan exagerada). Y en un sondeo que le hicimos a las personas en los alrededores del parque central de Suchitoto, en mi caso se la hice a un señor que vendia minutas, me dijo que la gente se quejaba por lo pedregoso de las calles porque muchas personas se habían caído o se habían doblado los tobillos por esa razón. La verdad yo estoy de acuerdo con las calles, pero no se puede hacer nada ya.

Bueno ya relaté un poco sobre cómo me fue en ese luagr maravilloso, dejando a un lado las calles, y me encantó y desearía ir de nuevo.